Con la llegada de la primavera, las sociedades modernas acostumbran a adelantar una hora el reloj, siguiendo las antiguas costumbres de las civilizaciones egipcia y romana, quienes establecieron un horario flexible conforme al sol.
Reino Unido fue el primer país en tomar esta medida en 1916 y dos años después, Estados Unidos copió el esquema, según informa geminionweb.com.ar. En México se estableció por primera vez en 1942 en el estado de Baja California. Años más tarde, otros estados de la República adoptaron esta medida y no fue sino hasta 1996 cuando se decretó en prácticamente todo el país.
Como ya es costumbre, desde hace 15 años, el próximo domingo 3 de abril entrará el vigor el Horario de Verano y concluirá hasta el próximo 31 de octubre, tal y como se informa en eluniversal.com.mx.
1. Nos roban sueño. El principal inconveniente es que el día de cambio se nos "roba" una hora más. Al despertarte, te sientes fatigado, con desgano y es que simplemente el dormir una hora menos, disminuye notablemente tu rendimiento en el trabajo y en tus actividades físicas, según mujeraldia.com. Un estudio realizado en Estados Unidos indica que durante los primeros meses de adaptación se registran mayor número de accidentes laborales.
2. Una hora menos de disfrutar el sábado. Para todos los noctámbulos y fiesteros que aman los sábados por la noche, el ajuste de las manecillas no les sienta nada bien, pues les recortan 60 minutos de diversión.
3. Que inicie el domingo. Mucha gente se pregunta por qué los organizadores no deciden aplicarlo mejor un lunes o entre semana. Los expertos dicen que es para seguir la convención mundial, pero la realidad es que a los afectados no les gusta que les roben parte de su valioso fin de semana
4. Que la gente salga a oscuras de casa. Millones de niños y adultos tienen que salir muy temprano de sus casas para asistir al colegio o al trabajo. Hacerlo cuando aún está oscuro no es del todo agradable, pues cuesta mucho más trabajo levantarse y peor aún, tu seguridad podría estar en riesgo.
5. Descontrol en la salud. Tener sueño prácticamente todo el día o sentir hambre en horas inadecuadas son unos de los tantos trastornos que sufre el organismo. Según diariohoy.net, el horario de verano modifica nuestro estado de ánimo, somos más irritables y hasta estamos más vulnerables a ciertas enfermedades, incluso, aseguran que aumenta el número de casos relacionados a enfermedades cardiovasculares.
6. El ahorro de luz no se refleja en los bolsillos. Las autoridades gubernamentales, desde el principio, aclararon que el ahorro sólo se nota en cuentas globales, lo cual disgusta a la gran mayoría de la población, ya que no ven estos frutos y sí notan como poco a poco va subiendo el gasto en el suministro eléctrico. Además, según sispse.com, el primer año de implementar el programa, hubo un 7.5 por ciento de ahorro de energía, hoy sólo es del 0.6 por ciento.
8. Me olvidé de hacer el cambio y llegué tarde. Es común que te suceda ese domingo, en el cual tenías un desayuno y eres el último en arribar o bien, se te pasó la hora de la película que morías por ver simplemente porque no te acordaste o dejaste para luego el ajuste del reloj.
9. Tienes que ajustar la hora en todos tus aparatos. Si sólo tienes reloj de pulso y un despertador, realmente eres afortunado. Hoy en día, casi todos los aparatos electrónicos marcan la hora y prácticamente ninguno, salvo algunas computadoras y celulares, realizan el cambio de manera automática. Así que como se dice en theory.standford.edu, es una verdadera monserga pasarte el rato realizando el ajuste.
10. Más luz = más tráfico por la tarde. Palmbeachdailynews.com dice que la gente, al notar que se alarga el día al haber más tiempo con luz, hace que les den ganas de salir y de hacer cosas hasta el último minuto que dure la el Sol. Por lo tanto, encontrarás a más personas en la calle que se refleja con el aumento de afluencia en el tráfico.
Pues ni modo a sufrir un año más con este dichoso horario de verano y esperemos que les pase leve
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